viernes, 12 de agosto de 2022

Está bien ser diferente






 Kaysee Morett






La misión del Wamani

Allá donde los lagos se alimentan de los ríos, donde algunas montañas son tan altas que rozan las nubes y parecieran cubrirse de su blancura, donde las alpacas pastan tranquilamente y los cóndores vigilan el cielo, allá es donde queda ese pueblito tan peculiar. En este los lagos parecen bramar de vez en cuando, unas veces como un toro y otras veces como un becerro, dependiendo del “clima”; y los cóndores, ahí estas aves parecen saber siempre qué ocurre, sobrevolando todo el lugar con sus enormes alas que eclipsan el sol. Ahí las cosas son tan extrañas como pequeño es el pueblo, no hay más de 20 familias, y a pesar de esto las fiestas llegan a opacar la tranquilidad de las noches, sin llegar a molestar al Wamani, claro. A él parecen agradarle sus fiestas, o eso es lo que dicen los pobladores. En ese lugar tan raro pero encantador, es donde vive Atok’ sayku dansak’ portador del Wamani y heredero de Rasu Ñiti, el gran bailarín que aplastaba la nieve. Aquí es donde el joven danzante pasaba sus días en completa tranquilidad, cuando no estaba trabajando en la tierra, estaba paseando a su ganado; pero en las noches sus pies se volvían fuego, mientras que las hojas de hierro en sus manos chispeaban compitiendo con los demás dansak´s. Aunque esa tranquilidad se interrumpió un día mientras Atok’ ayudaba a su madre: -¿Escucha ruido mamá? –se detuvo el joven- , creo viene de allá, atrás de la montaña –señaló. -Sí hijo, pero no te preocupes, seguro es el becerrito nomás –dijo la madre en consuelo. -No mamá, ese no es becerrito, seguro es toro negro, toro bravo –respondió preocupado. -No te preocupes hijo, no debe ser nada –concluyó la madre mientras terminaba el trabajo. Los ruidos le indicaban al joven que las cosas no estaban bien, él lo sentía en su interior, algo estaba pasando en el lago y era malo. -El lago está furioso –decía para sus adentros. Pasó ese día y el dansak’ no durmió bien, gracias al suspenso que su instinto le daba. Al día siguiente, en su descanso de tarde, decidió subir a la torre del pueblo, para observar el paisaje desde lo alto. Mientras miraba a las nubes cruzar el cielo, vio a un cóndor que venía desde atrás de la montaña y este acabó parándose sobre la torre. -¡¿Wamani?! –dijo mientras se asomaba sorprendido. Ambos, cóndor y humano se observaron un tiempo en silencio. De repente el ave levantó vuelo y comenzó a girar en el cielo. -Lo sabía, algo no anda bien –pensó el joven. Inmediatamente, salió corriendo tras el ave, la cual parece que le guiaba hacia el sitio del cual venían los bramidos. Así fue, el joven acabó siguiendo al animal hasta el lago que quedaba detrás de una montaña cercana, sus piernas no daban más. -¡¿Qué es esto?! –exclamó el joven mientras veía el estado del lago. El agua era turbia, casi marrón, como si mucha tierra hubiese caído en ella. -Por esto escuchaba toro bravo, el lago está en peligro –pensó Atok’. En ese momento escuchó un sonido que hizo retumbar la montaña, un ruido constante interrumpió la tranquilidad del lugar. Tan pronto se oyó, el cóndor volvió a volar, esta vez indicándole al dansak’ la fuente del ruido. -Wamani, dame fuerzas para alcanzarte –dijo el joven mientras intentaba superar sus límites y seguir corriendo. Con todos sus esfuerzos, logró levantarse y seguir. Entre tropiezo y tropiezo, alcanzó al ave, quien lo orientó hasta la fuente de aquel ruido. Mientras más se acercaba más fuerte se escuchaba, hasta el punto en que sintió que ya no podía acercarse. Manteniendo la distancia, pudo observar lo que parecía ser el origen del extraño oscurecimiento del lago; mientras el cóndor se había parado en la cima de una roca cercana, contemplando lo mismo, inmóvil. -¡Estos criminales están enojando al Wamani! ¡Van a matar al lago! –decía con enojo- .Becerrito no se va a escuchar más, sino al toro bravo. Tengo que avisar, tengo que ir al pueblo grande para que paren esto, solo no podré. Entonces, mientras el cóndor se quedaba, pues su misión había acabado; a Atok’ sayku aún le quedaba camino por recorrer, así que partió viaje, de regreso al pueblo con las pocas fuerzas que le quedaban. En su casa ya comenzaban a dudar, era tarde y él no llegaba. Esa noche había fiesta y los dansak’s no podían faltar, por eso, todos estaban extrañados con la ausencia del portador del Wamani. -¿Dónde está Atok’ sayku? –le dijo el “Lurucha” a la madre del joven- .El Wamani debe estarle llamando, pero no está aquí. El “Lurucha” era el arpista que acompañaba a los danzantes en sus encuentros. -No lo sé –dijo la madre preocupada-.Más temprano he mandado a mis hijas a buscarlo, no lo encontraron. -¿Qué estará haciendo ese muchacho? –respondió el arpista. De repente, alguien comenzó a gritar: -¡Ahí viene Atok’! –mientras corría a ayudarle. Todos voltearon a ver al joven que venía cansado y arrastrándose, ya sin fuerzas. Estando donde el “Lurucha” y su madre, les comenzó a narrar lo que había visto. -El Wamani está enojado, unos maleantes están dañando al lago, hay que avisar a la policía rápido –explicó el muchacho. -Temprano nomás, cuando el sol esté saliendo, me voy para la ciudad –dijo uno de los dansak’s. Así que esa noche, nadie pudo festejar, todos estaban muy preocupados como para eso. En casa de Atok’, su madre le curó los raspones que se había hecho en el camino y luego todos fueron a dormir. Ya en cama, aun con el cansancio, al joven todavía le era difícil descansar, el Wamani no se lo permitía. -Cóndor ocupado no descansa hasta que acabe su trabajo –pensaba el joven mientras se alistaba para salir. Así que apenas los primeros rayos de sol comenzaban a pintar el cielo, se escabulló de su casa, sin que nadie se enterara, pues sabía que solo les preocuparía más. Se dirigió a donde Don Pascual, el violinista. -Buenos días, Don Pascual –saludó. -Buenos días, muchacho –respondió el señor-. ¿Qué haces aquí tan temprano?, deberías estar descansando después de como llegaste ayer –dijo mientras abría la puerta del pequeño establo. -Wamani ansioso y no me deja dormir. Debo cumplir mi misión ya, tengo que salvar el lago –le dijo el dansak’ agitado. El joven estaba en lo cierto, mientras más rápido detuvieran la mina en sus inicios, menos daño le haría esta al agua y la vida a su alrededor. -Está bien, ¿pero en qué te puedo ayudar? –preguntó Don Pascual. -Necesito a Kallpa –señaló al caballo más vigoroso-.Con el podré llegar rápido al pueblo grande. -Pero muchacho, ese caballo es loco hasta para mí –le aconsejó el señor. -No importa, necesito irme ya, por favor, préstemelo –dijo el dansak’ con desesperación. -Está bien, pero ten mucho cuidado –respondió Don Pascual mientras alistaba a Kallpa. Cuando pudo montarse sobre el caballo, ambos quedaron asombrados, pues el caballo que siempre había parecido indomable, paseaba tranquilo con Atok’ sujetando las riendas. -El Wamani te protege, muchacho –dijo el señor sonriendo mientras se despedía. Luego, Kallpa y Atok’ atravesaron el camino tan rápidos como una bala. Cada pisada que daba el caballo hacía retumbar el suelo por el que pasaba. Pareciera que humano y animal hubiesen sido poseídos por el espíritu de la montaña, nada les paraba. Casi llegando a su destino, un carro que iba a toda velocidad les hizo frenar de golpe, lo que hizo que el joven saliera volando y se rompiera la pierna. El dolor no le dejaba moverse y estaba a punto de rendirse. En ese momento, un cóndor pasó volando y su sombra cubrió al muchacho por un segundo. -Está bien, Wamani, no me puedo rendir, no lo haré. Tengo que terminar esto –dijo mientras se apoyaba en el caballo para levantarse. Montado de nuevo sobre Kallpa y apretando los dientes, volvieron a su camino. Fueron tan rápidos, que llegaron a la comisaría antes de que el sol tocara el centro del cielo. Para cuando la luna comenzaba a asomarse, la mina ilegal, que lo había iniciado todo, ya estaba siendo cerrada por la policía. El joven regresó a su pueblito tarde en la noche, con una pierna enyesada y un caballo a su lado, mientras todos le esperaban contentos por la hazaña que había logrado. A lo lejos, sobre un árbol, el cóndor les observaba, mientras levantaba vuelo de regreso a su casa; pues la misión del Wamani, había sido completada. “La naturaleza y el ser humano trabajan en armonía, cuando este le respeta y le cuida; pero cuando este la lastima, los lagos se enfurecen, los animales se avispan, todo el ecosistema se altera, y los espíritus que en él habitan, males traen a quien lo realiza”. 

 El fantasma de biblioteca

PROBLEMATICAS SOCIALES DENTRO DE LAS OBRAS DE JOSE MARIA ARGUEDAS

 A lo largo de los años se han producido diferentes conflictos en la sociedad. En relación a ello pienso que uno de los propósitos de las obras de José maría Arguedas fue visibilizar las problemáticas sociales que se viven en el Perú utilizando personajes literarios como medio para exhibir los comportamientos que se producen en torno al mundo de forma crítica e indirecta en conjunto a la actualidad.

En la mayoría de los cuentos y libros del autor, por no decir enteramente, se hace referencia a los diferentes conflictos que ocurren en la sociedad que ciertamente están ligadas a las experiencias que vivió Arguedas. Un caso alusivo a este fue la circunstancia donde el escritor fue arrestado por participar en una protesta política y enviado a la cárcel “el sexto” en el cual tiempo después narra lo que vivió y titula al libro con el mismo nombre de la prisión.

“Subía las gradas y me abrieron paso. Pero siguieron insultándome.

̶        ¡Serrano e’ mierda!”1

Dentro de esta narración se puede apreciar la clase de odio y comentarios hirientes que recibió José María Arguedas. Asimismo, demuestra las discriminaciones tipo étnica que se produce en las prisiones dentro del Perú.

Posteriormente en la obra YAWAR FIESTA también ocurre lo siguiente:

̶        “Ese escobacha es sospechoso. ¿No pensara en levantar una indiada? ¡Que golpe le ha dado a don Julián2!

̶        Estos cholos leídos son de peligro.

̶        El gobierno no debiera consentir que entren a la universidad”

Según el dialogo anterior se puede denotar el racismo y la desigualdad por la forma de pensar y actuar de ciertas personas al dirigirse y/o hablar sobre los nativos, expresando que tales personas no deberían recibir el derecho a la educación.

Actualmente estos actos racistas siguen existiendo y se manifiesta desde las burlas o como el caso anterior, con insultos. Del mismo modo, la indiferencia de muchos ciudadanos también cobra un gran peso a que siga ocurriendo ya que todo en conjunto genera la desigualdad y desintegración que manifiesta el autor en sus obras.

De acuerdo a ambas citas textuales también se puede inferir que el rol de José María Arguedas en estas narraciones se manifiesta como una denuncia hacia las personas racistas que conservan un trato inhumano hacia los indígenas.

Por otro lado, unos de los hechos que también están ligados a los conflictos sociales y están muy presentes en el libro “El sexto” son los conflictos ideológicos y la homofobia.

Primeramente, se habla sobre los conflictos ideológicos debido a que, en su mayoría, el sexto se basa en los prisioneros disputando entre si según el partido (comunista o aprista) al que pertenecían como se puede ver en el siguiente dialogo:

̶        “¡Lambe culo de los comunistas!

̶        ¡Traidor, vende patria!”3

En consecuencia, estas discusiones políticas terminaban produciendo más violencia de la que ya ocurría en la cárcel, situación que actualmente aún puede ocurrir pero que ha disminuido su impacto.

En segundo lugar, estas conductas homofóbicas se ven reflejadas en la descripción que se le hace a “Rosita”4, declarándolo como mujer con ciertos adjetivos dentro del escrito. De igual modo también se manifiestan actitudes discriminadoras según la orientación sexual con “el piurano”5 y otros personajes secundarios que a través de comentarios a lo largo del libro representan y atribuyen a la homosexualidad como comportamientos con falta de ética y moral en un hombre.

Dicho esto, también se halla el problema del machismo dentro de las obras, haciendo referencia a las cualidades y/o características que tendría o no que tener el hombre por naturaleza.

En conclusión, José María Arguedas visibiliza las diferentes problemáticas presentes en la sociedad y denuncia las conductas discriminadoras a través de diferentes personajes literarios a lo largo de su carrera como escritor.

- Isis

 

BIOHUERTO