Cuantas son las veces
que he sentido la angustia
de no tenerte a mi lado,
de no sonreír como acostumbro
sino más bien,
de llorar como anhelo.
Sin embargo estás allí,
como el aire que respiro,
como la lluvia que me lava,
como el Sol que me ilumina,
y dándome día a día
motivos para hacer el bien.
Por siempre he de estar
pendiente a tu merced.
Ya no quiero estar
triste en mi vida
solo en el camino
cautivo por el mundo.
En tu bondad liberadora
dame fuerzas
para seguir luchando
contra mis debilidades
contra lo material
y lo superficial de este valle.
Con mis manos de orfebre
permíteme rendirte un tributo
haciendo una ermita en mi corazón
para que sus latidos
solo sean inspiración
de tu vida.
María de la Merced
con el fruto de vientre
dame una nueva vida,
la libertad que me permita
ser más sencillo
que he sentido la angustia
de no tenerte a mi lado,
de no sonreír como acostumbro
sino más bien,
de llorar como anhelo.
Sin embargo estás allí,
como el aire que respiro,
como la lluvia que me lava,
como el Sol que me ilumina,
y dándome día a día
motivos para hacer el bien.
Por siempre he de estar
pendiente a tu merced.
Ya no quiero estar
triste en mi vida
solo en el camino
cautivo por el mundo.
En tu bondad liberadora
dame fuerzas
para seguir luchando
contra mis debilidades
contra lo material
y lo superficial de este valle.
Con mis manos de orfebre
permíteme rendirte un tributo
haciendo una ermita en mi corazón
para que sus latidos
solo sean inspiración
de tu vida.
María de la Merced
con el fruto de vientre
dame una nueva vida,
la libertad que me permita
ser más sencillo
y el más humilde de tus hijos.
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